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EL REINO DEL GRIFO Parte I

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EL REINO DEL GRIFO

Los Grifos son una de las criaturas más majestuosas de la mitología. Se le describía como un animal con cabeza de águila y cuerpo de león. Se decía que era imponente y tenía una fuerza descomunal. Era el Rey entre los seres de la tierra y los seres del aire. Sin embargo, en el mundo actual se les considera un mito. Quizás para muchos sea solo una de las tantas criaturas fantásticas que ha creado la imaginación del ser humano a lo largo de los siglos. ¿Pero en realidad son un simple mito? No lo creo. Por lo tanto les voy a contar una historia en la que el Grifo y el ser humano forman un lazo de amistad irrompible.

Ocurrió en tiempos remotos, en la Era Mitológica. Por aquellos días el mundo estaba habitado de criaturas fantásticas y los humanos lo sabían. Una de ellas sin duda era el Grifo, el cual despertó el interés en un joven que vivía en un humilde pueblo de la antigua Tesalia. El joven se llamaba Sion y junto con su padre trabajaban en la cosecha como medio de sustento. Sión era un chico de tez morena, cabello marrón rojizo alborotado y usa una túnica amarilla simple (Sin mangas y hasta las rodillas). El chico, que tiene entre 18 o 19 años, había oído muchas historias de los Grifos pero nunca había visto ninguno. Su mayor deseo es salir a conocer el mundo y encontrar a los Grifos. No se dejan ver con mucha frecuencia por los humanos, llegando a vivir casi siempre en montañas donde todo es muy tranquilo y pueden tener a sus crías sin ningún problema. El sabio del pueblo había contado a Sion muchas historias acerca de los Grifos pero una de ellas llamaba mucho su atención: Se decía que los Grifos provenían de un Reino mágico muy antiguo llamado Erasidia, que se encontraba oculto en alguna parte del mundo, pero ningún ser humano lo ha encontrado  y se cree que solo es un cuento inventado para atraer incrédulos.  Y por eso nadie puede dar alguna Teoría especifica del origen verdadero de esta criatura fantástica.
Sin embargo, Sion sentía en lo más profundo de su ser que esa tierra en verdad existía y es que por las noches, cuando dormía, siempre tenía el mismo sueño: una criatura grande, imponente y alada envuelta en un resplandor blanco que le miraba desde una enorme colina, con una expresión solmene. El joven sentía que debía encontrar a ese Grifo porque era su destino. Cuando no estaba ocupado siempre le hablaba a su padre acerca de esto. Pero a diferencia de otros padres, este no creía que su hijo estaba loco. Su tatarabuelo también había sentido interés por los Grifos cuando era joven y fue gracias a eso que decidió conocer el mundo. Incluso contó a sus descendientes que había logrado ver un Grifo y sin duda Sion había heredado el sentido aventurero de su antepasado.

-A veces siento que estoy destinado a encontrarme con los Grifos y ser parte de ellos, no sé si me entiendes padre-le decía Sion, en un día de trabajo, a su padre poco convencido de que entendería lo que estaba sintiendo.

-A otros les habría resultado absurdo lo que dices. Incluso a veces yo mismo pienso que es algo absurdo pero luego recuerdo todo lo que me contaban de mi Tatarabuelo y yo creo que te pareces mucho a él. Si quieres salir a conocer el mundo debes aprovechar la oportunidad que te da la vida. No todos los días se puede ser un gran aventurero-le dijo su padre con una sonrisa.

-Pero ¿Qué sucederá con la cosecha?-le pregunto Sion con preocupación.

-No te preocupes. Ya me las arreglare para salir adelante. El trabajo duro no es problema para tu padre-decía con optimismo

-Aun así estoy un poco indeciso

-Si tanto deseas conocer el mundo, hazlo. Y aquí estaré esperándote para recibirte con los brazos abiertos cuando hayas podido encontrar lo que deseas

-Gracias padre

Continuaron con el trabajo de aquel día y luego fueron al mercado para comprar provisiones. Pasaron muchos días en los que Sion meditaba acerca de su destino. El en verdad quería salir a conocer el mundo pero no creía que fuera correcto dejar a su padre con todo el trabajo de la cosecha. Aunque el siempre comenta que los vecinos del pueblo son muy considerados y de seguro le echarían una mano. Cada día su padre la animaba para fuera a cumplir su deseo.

Finalmente un día tomó la decisión que seguramente cambiaría su vida para siempre. Se levanto muy temprano y preparo un saco con todo lo que llevaría en su viaje. Su padre se aseguro de que tuviera suficientes provisiones para unos días y al cabo de unas dos horas emprendió la marcha. Su padre lo acompaño hasta la salida del pueblo, donde él y los vecinos más allegados a su familia se despidieron de Sion.

-Buena suerte hijo-dijo su padre mientras veía como su hijo se alejaba.

No podía negar que se sentía triste con su partida pero sabía que lo volvería a ver y tenía el presentimiento de que algo grandioso le esperaba.

Sion viajo durante varios días en la gran región de la antigua Grecia. Durante las noches solía acampar en el sitio más seguro que podía encontrar para descansar y al día siguiente siguió con su marcha. Fue de pueblo en pueblo en donde conoció gente amistosa que se ofreció a llevarlo en sus carretas por los caminos más largos. Con el dinero que había ganado en el mercado de su pueblo pudo comprar más provisiones y así no paso hambre durante su viaje.

Conoció muchas criaturas fantásticas como las Ninfas, los Centauros, los Sátiros, Los Elfos y los Faunos que vivían en grupos, muy alejados de los humanos y no convivían muy poco con ellos, de hecho casi nada. Ellos tardaron un poco en darse cuenta de la naturaleza amable y bondadosa de Sion, y entonces decidieron darle su confianza. La mayoría de ellos conocían a los Grifos y también la tierra mágica de Erasidia, de la cual había oído hablar de los relatos del sabio de su pueblo.

-Nuestros antepasados vinieron de Erasidia-le contó un Elfo a Sion cuando este aun se encontraba en el bosque donde viven. Este era un Elfo joven, de cabello pelirrojo corto, ojos de color verde y piel clara- No solo está habitada por Grifos.

-¿Dónde se encuentra?-pregunto Sion interesado

-Muy lejos de aquí- contesto un Sátiro-Se encuentra en los cielos sobre el gran océano, el gran mar de los mares (El océano que hoy se conoce como Pacifico). Solo los seres mágicos como nosotros pueden ver este Reino. A los ojos del ser humano es invisible para proteger a los que allí habitan.

-Entonces si es invisible a los ojos de los humanos ¿Cómo podre llegar allí?-pregunto Sion preocupado. En verdad deseaba conocer a los Grifos.

-Esparcidos por todo el mundo se encuentran varios portales ocultos que llevan a Erasidia. Ningún humano los ha encontrado nunca. Las criaturas mágicas sabemos donde están ya que desde allí llegaron nuestros antepasados de Erasidia.

-El más cercano se encuentra un poco lejos así que te espera otro viaje más-le dijo el Elfo

-Estoy dispuesto a hacer otro viaje más. Es mi deseo encontrar Erasidia para conocer a los Grifos-dijo Sion con una gran disposición.

-De acuerdo. Yo seré tu acompañante en este viaje. Conozco el camino hacía ese portal-dijo el Elfo ofreciéndose- Mi nombre es Fillian. Soy un aventurero, puedo llevarte sin problemas al lugar donde se encuentra el paso hacía Erasidia.

-Mi nombre es Sion-se presento el joven-Gracias por ofrecerte a ayudarme para llegar allí

-Me gusta ayudar-dijo el Elfo sonriendo- podemos salir mañana temprano

Sion acepta muy bien esto y entonces ambos comienzan su viaje al día siguiente. Se despidieron de los demás Faunos, Ninfas, Satiros y Centauros, y entonces se pusieron en marcha. El joven se sentía mejor al estar acompañado durante su viaje. Tenía a alguien con quien hablar para variar. Tardaron varios días para llegar al portal más próximo ya que el camino era muy engañoso. Pasaron bosques, valles y praderas. En más de una ocasión tuvieron que parar y refugiarse de la lluvia. Aquel era uno de esos días lluviosos y lograron esconderse dentro de un árbol hueco. El cielo estaba gris y se podían ver los destellos de los rayos entre las nubes.

-Tenemos que pasar aquí la noche hasta que pare de llover-le dijo Fillian a su amigo humano.

-Tienes razón. Los caminos se hacen más traicioneros por culpa de la lluvia-concordó Sion con su amigo Elfo

Sacaron varias mantas que habían traído y con ellas se cubrieron del frio. La tierra estaba blanda lo cual la hacía muy cómoda.  El joven Elfo no tardo en quedarse dormido. Sin embargo, Sion aun estaba despierto pensando en los Grifos. No tardo en sentir sueño y poco a poco iba cerrando los ojos. Antes de quedarse dormido completamente pudo oír, entre el ruido estruendoso de la lluvia, un grito ensordecedor y grave que se parecía mucho al de un águila. De pronto, con los ojos entrecerrados, pudo ver una silueta oscura, grande e imponente, volando a través de ese cielo gris y tormentoso. Volvió a oírse el grito grave. Sion no pensó en nada más porque se quedo dormido.

El día siguiente amaneció despejado y era perfecto para continuar el viaje. Todo en su alrededor se encontraba húmedo por la lluvia. Mientras caminaban Sion se encontraba pensando en lo ocurrido el día anterior: aquel grito ensordecedor y grave, y luego esa figura oscura y grande en el cielo. Algo le decía que aquello podía ser un Grifo y estaba seguro de que era real, y no un sueño. El viaje continuo por unas 3 horas más hasta que el Fauno le dijo a su compañero que ya estaban cerca del portal.

Llegaron a unas montañas enormes y Fillian llevó a Sion al interior por una estrecha abertura. Poco después se encontraron en unas cuevas oscuras y tenebrosas.  Entre los dos crearon una antorcha y la encendieron para poder ver mejor en la oscuridad. Tenían cuidado de ver por donde pasaban y el camino se hacía más inclinado a cada momento. A Sion le parecía que ya se encontraban debajo de la tierra. Así estuvieron por media hora más hasta que llegaron a otra cueva, la cual era mucho más grande que la de arriba. Parecía una especie de santuario de piedra.  En el centro se encontraba una plataforma sobre la cual se veía un majestuoso arco tallado en piedra y dentro del había una luz de color azul claro que se arremolinaba. Era el portal que habían estado buscando.

-Aquí es-le djo el Elfo- Solo debemos cruzarlo y estaremos en Erasidia

Sion no podía creerlo. En tan solo unos minutos podría cumplir su deseo de conocer a los Grifos. Ambos subieron a la plataforma y se situaron frente al portal. Era magnifico y se sentía algo nervioso al tener que cruzar por primera vez un portal. Pero debía hacerlo ya que del otro lado le espera algo inimaginable. Ambos avanzan con decisión y atraviesan el portal. Sion se sintió realmente extraño cuando eso sucedió pero aquella sensación no duro mucho. Se dio cuenta de que ya no estaba en la cueva si no en un majestuoso jardín.
Jamás había visto algo parecido en toda su vida. Era hermoso aquel lugar y había muchas especies de plantas y flores que no conocía. Además podía sentir un aura mágica que se extendía por todo el lugar. Frente a el podía ver un camino de baldosas color dorado y más allá la entrada de lo que parecía ser un majestuoso palacio con grandes ventanas y puertas.

-Este debe ser el Palacio Real. Según lo que me ha contado mi familia aquí vive el líder de los Grifos-le dijo el Fillian a Sion

-Hay que verlo todo-dijo Sion con emoción y se adelanto corriendo al palacio.

-Espera!!- le grito su compañero y le sigue.

Los dos entran al palacio el cual era bastante grande, adecuado para Grifos. Aunque para decepción de Sion no había ninguno a la vista. Pensó que seguramente debían de estar en alguna otra parte y fue a explorar el castillo. Como era tan grande no tardaron en separarse y perderse. Sion camino por todos lados, revisando todas las habitaciones que se encontraba pero al parecer no había nadie en el palacio. Finalmente se encontró ante una puerta y al abrirla se encontró con otro jardín tan hermoso como el anterior.

Aquel jardín era mucho más grande y estaba cercado con una vereda de madera pulida y brillante. Más allá de esta vereda se podía ver un inmenso mundo compuesto de bosques, valles, praderas y montañas que debía ser toda Erasidia. Todo era de color verde brillante, mucho más hermoso que la vegetación del mundo humano. El cielo se veía radiante gracias a la majestuosa luz del Sol, que no era escandalosa, chillona ni tampoco hacía daño a la vista lo que le hacía preguntarse al joven si era el mismo Sol que veía desde su casa.

Estaba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta de que había alguien más en el jardín. Una sombra grande y oscura lo cubre. Era una sombra grande, imponente y alada. El corazón del joven comenzó a latir rápido por la emoción y se dio la vuelta. Lo que se encontró fue lo más majestuoso que había visto en su vida. Era un Grifo grande, de plumas blancas y doradas, que lo hacían ver muy hermoso. Sión se dio cuenta de que era el mismo Grifo que había visto en sus sueños, solo que ahora no le rodeaba esa aura blanca. A parte de eso había otras cosas que no había visto en su sueño: EL Grifo tenía alrededor de su cuello un collar grueso de plata color azul que tenía una especie de cristal con el brillo de muchos colores.

Sus miradas se encontraron y Sion pudo ver un brillo especial en los ojos del Grifo. Este lo miraba muy fijamente como si lo estuviera analizando. Después de un minuto entero de miradas algo rompió aquel silencio. Era una voz femenina muy hermosa:

-Tu corazón es puro. No es como el de otros humanos-le dijo con gran amabilidad. Entonces Sion se dio cuenta de que el Grifo le había hablado.

-¿Puedes hablar?-pregunto asombrado el joven

-Sí. Siempre ha sido así. Otros Grifos también hablan.

-¿Si los Grifos hablan porque nunca lo demostraron?

-No hablamos frente a los humanos para no alarmarlos y proteger a nuestra especie. Los humanos creen que nos conocen pero no es así. No conocen la verdadera esencia del Grifo. Hablo contigo porque puedo notar que eres una buena persona- su pico se curvo en forma de sonrisa.

-Entiendo y tienes razón.

-Que descortés soy, no me he presentado. Mi nombre es Sion-dijo él con cortesía

-Yo soy Eradia, gobernante de Erasidia. Es un gusto conocerte Sion

¿De verdad!?-exclamo asombrado al oír aquello. No se había imaginado que estaba en presencia de una Reina-digo… el placer es todo mío majestad- hace una reverencia hacía ella.

-Gracias-agradeció nuevamente con una sonrisa. En ese momento fue interrumpido por una voz joven

-¿Sion?¿Estás aquí?-era Fillian el que hablaba. En pocos segundos hace acto de presencia en el jardín y mira con asombro todo a su alrededor-Esto es asombroso. Mis ancestros siempre hablaban a mi familia muchas cosas acerca del jardín del palacio real. Siempre había querido conocerlo. Por cierto ¿Dónde estabas?. Te busque por todas partes. El palacio es inmenso, más de lo que imagine-decía aun asombrado.

-Me perdí. Estaba buscando una salida y llegue aquí-le explico Sion-Me alegra verte de nuevo. Mira quiero que conozcas a alguien importante.

Entonces así conoce Fillian a la Reina Eradia. Estaba completamente asombrado por aquello y no dudo en dedicarle una reverencia a la Grifo. Fillian estaba encantado de poder haber conocido a la Reina. Ni en sus sueños descabellados se había imaginado tal cosa pero estaba contento por haberla conocido.

En ese instante la Grifo se agacha y les dice que suban sobre su lomo para enseñarles el Reino. Ambos se encontraban muy asombrados.. Pero no lo dudaron ni un segundo y enseguida suben a su lomo. Ella les dice que se sujeten bien, despliega sus grandiosas y hermosas alas y entonces se eleva. Sion vio que se alejaban cada vez más del suelo. Al principio le asusto un poco estar demasiado alto pero luego esa sensación desapareció y fue remplazada una vez más por su gran sentido de la aventura. Se sintió eufórico al estar volando de esa manera sobre un Grifo y ahora deseaba poder volar así.

-Se ve todo desde aquí arriba!-comento Fillian igual de eufórico.

La Grifo sobrevoló la región mientras les explicaba lo que estaba viendo. En ese momento se encontraban en Griffadia, la capital de Erasidia que estaba habitada casi en su total por Grifos. Pronto Sion se dio cuenta de que Erasidia en su totalidad estaba compuesta de grandes islas que flotaban de una manera inexplicable en el cielo. Griffadia era la más grande y las demás se encontraban a su alrededor (a una buena distancia de cada una) todas unidas por fuertes puentes de oro.

La Grifo dijo que la región de sostenía por si sola gracias una magia peculiar, poco conocida y antigua que le fue aplicada hace muchísimos años atrás para protegerla de los humanos. Además de que un aura invisible rodea todo el Reino ocultándolo de la vista humana.

-Por eso es invisible a los ojos de los humanos. Gracias a esa magia ellos no pueden llegar aquí. La región está altamente protegida de ellos y también reacciones climáticas del propio mundo donde vivimos todos. Puede llover aquí pero el sitio no puede ser dañado por huracanes ni ningún otro desastre natural-le explica la Grifo a Sion y a Fillian.
-Mi familia siempre cuenta muchas historias sobre Erasidia, que les fueron contadas por nuestros ancestros-dijo Fillian mientras miraba a todos los lados para no perderse nada.
Sion se encontraba impresionado con todo esto y consideraba adecuada la protección que se le brindaba a aquel mundo tan hermoso. La Grifo los llevo al límite de la gran isla de Griffadia. Se encontraban a la orilla de un enorme acantilado (Fillian y Sion seguían sobre el lomo de Eradia). Desde allí pudieron ver las demás islas y al contarlas descubrieron que eran 6 en total.

-Cada isla tiene un Guardián que la protege y que a su vez se encargan de proteger al mundo. Como ya saben nos encontramos en Griffadia, aparte de ser la Reina de toda Erasidia también soy guardiana de esta isla. Aunque como habrán notado mi papel es mucho mayor al ser la Reina-les explico Eradia.

Los dos jóvenes se encontraban asombrados. De repente a Sion se le ocurrió mirar hacía abajo del acantilado. Lo único que se veía era el cielo. No podía verse el mar ni ninguna isla en el ya que estaban en un sitio demasiado alto y alejado de la superficie. Sion se asusto bastante al ver ese enorme vacío debajo de Erasidia.  Eradia pudo sentir que tenía miedo.

-Tranquilo, no hay nada que temer. Si te sujetas bien de mi no te caerás. Además tampoco te dejaría caer-le dijo con una sonrisa para animarlo

-Es verdad. No temas amigo. Piensa en todo lo que tenemos que ver y descubrir. Será una gran aventura-le dijo Fillian también con una sonrisa.

-Es solo que jamás había estado tan alejado del cielo. Pero tienes razón, tenemos mucho que conocer, así que vamos-dijo Sion más animado.

-Esa es la Isla Oralia-dijo Eradia señalando la isla que estaba al frente-Esta dedicada especialmente a la Magia. Su Guardiana es la Elfa Eradona. La isla Oralia es el hogar de muchos Elfos y la sede de la Gran Biblioteca que tiene todo lo que les gustaría saber acerca de Erasidia

-La Gran Biblioteca!! Mi familia me ha hablado de ella y desde siempre he querido conocerla. Dicen que tiene los mejores libros con toda la historia de Erasidia y muchas cosas más. Sera interesante verla ¿No crees Sion?-decía Fillian todo emocionado.

-Estoy de acuerdo contigo-dijo el

-Reina Eradia. ¿Podemos ir a Oralia?. Claro si no es mucha molestia para usted-le decía Fillian avergonzado por pedirle algo así.

-Por supuesto. No tengo problema en llevarlos allí. Vamos ahora mismo-les dijo aceptando la propuesta de Fillian

Fillian se puso muy contento al saber que visitaría Oralia y sin ninguna duda subió al lomo de la Grifo. Sion le siguió y momentos después ambos se encontraban sobrevolando el cielo. No tardaron mucho en llegar a Oralia y la Grifo los lleva a la Gran Biblioteca que se encuentra dentro del mismo Gran Palacio de Eradona. Al llegar a la puerta del lugar Fillian se bajo rápidamente del lomo de Eradia  y entra corriendo sin pensar que no estaba invitado allí. Sion va tras el diciéndole que no puede entrar así a un lugar que no conoce.

Cuando pasaron la puerta principal se vieron rodeados de muchos Guardias Elfos que les apuntaban con Ballestas mientras decían “intrusos!!”. Fillian quiso convencerlos de que ellos solo eran amigos y venían de visitas pero los Elfos no les creyeron por la forma en que habían entrado. Ambos jóvenes pensaron que los enviarían a unos calabozos cuando hizo acto de presencia una hermosa Elfa. Ella era alta, de cabello rubió en hermosos rizos, ojos azules y piel clara. Vestía una túnica blanca y purpura con encajes dorados que la hacía ver muy elegante.

-¿Qué ocurre aquí?-pregunto con voz amable la Elfa

-Señorita Eradona, tenemos dos intrusos aquí-dijo un Elfo

Fillian miro asombrado a Eradona. Iba a decirle algo cuando el Elfo Guardia se lo impidió. En ese instante Eradia entra al lugar y todos los Elfos bajaron sus armas. Todos le dedicaron una reverencia a la Reina.

-Eradia!-exclamo la Elfa sorprendida pero luego sonríe- ¿Estos chicos vienen contigo?

-Así es Eradona. Son mis invitados personales-dijo la grifo sonriendo.

-Saludos Señorita Eradona mi nombre es Fillian. Toda mi vida he soñado con venir aquí, conocerla a usted y explorar la Gran Biblioteca-se presento el joven Elfo mientras se acerca a Eradona.

-Bienvenido Fillian. Eres libre de entrar a la Gran Biblioteca- aceptó con gusto la Elfa. Fillian le agradece una y otra vez muy contento. Eradona se fija en Sion y lo mira asombrada- Eres un humano!. Y en Erasidia!

-Buenas tardes Señorita Eradona, mi nombre es Sion y he venido de muy lejos para conocer Erasidia-se presento el joven humano. Eradona mantiene su vista fija sobre el por unos momentos hasta que decide hablar.

-Eres de corazón puro. Bienvenido seas joven Sion. También eres libre de entrar a la Gran Biblioteca. A los dos les deseo una feliz estancia en Oralia.

Ambos le agradecen contentos y ella les dice que la sigan para llevarlos a la Gran Biblioteca. A los cinco minutos ya estaban allí y Fillian no paraba de revisar los libros, con un anciano Elfo enojado que iba tras él para calmarlo. Eradona le explicaba a Sion que la Gran Biblioteca es la principal fuente de conocimientos acerca de Erasidia y que allí podría saber todo lo que quisiese del Reino. También le explico que ella, Eradona, posee poderes mágicos con los cuales mantenía el balance de la magia en el Reino. Además también posee habilidades de premonición, pero estas solo se activan rara vez cuando algo bueno o malo va a pasar.

La visita a Oralia duro mucho más de lo esperado pero Sion no se sintió aburrido. Durante aquella tarde habían aprendido varias cosas de Erasidia, tales como: las demás islas eran llamadas  Glacea, Dracuna, Nimphea, Labyrinthia y Arborea. Al igual que Oralia, todas tenían su propio Guardian, una Yeti llamada Yena, un Dragón llamado Karadius, una Ninfa llamada Linphya, un Minotauro llamado Rynos y una Hada llamada Elina, respectivamente. También descubrieron que el hechizo antiguo aplicado sobre toda Erasidia, para protegerle del mundo humano, fue obra de los antepasados de Eradona y antiguos Guardianes de Oralia.
Revisaron libros durante toda la tarde hasta que el sol comenzó a ocultarse y Eradia les dijo que ya era hora de regresar a Griffadia. Eradona dio permiso a Fillian para que se llevara algunos libros. Los tres se despiden de ella y juntos regresan a Griffadia. La noche llego rápidamente y ellos, junto a varios Grifos más, se encontraban cenando en el Comedor del Castillo. La mesa era de madera pulida de color café y la comida se servía en bandejas de plata. Los Grifos se sentaban en cómodos cojines a modo de sillas.
Sin duda aquella era la cena más inusual que Sion había presenciado pero toda la comida estaba muy deliciosa. Luego de la cena Eradia fue a buscar una habitación para Sion y Fillian. Pero como no había ninguna disponible decidió que ambos dormirían en la suya e hizo un par de cómodos nidos, a modo de cama, a su medida. Permanecieron al menos una hora despiertos mientras Fillian leía en silencio los libros que había traído de la Gran Biblioteca. Cuando ya era muy tarde se metieron a sus nidos y se durmieron rápidamente, todos excepto Sion. El no podía dormir debido a que estaba pensando en todo lo ocurrido aquel día. Aquel mundo era maravilloso, de eso estaba seguro, y deseaba saber mucho más acerca del. Duro al menos un rato pensando en todo aquello hasta que también se quedo dormido. La noche transcurrió muy tranquila.

Durante los siguientes días que pasaron Sion y Fillian exploraron ellos solos parte de la gran isla de Griffadia ya que Eradia estaba muy ocupada con sus deberes reales. Pero siempre más tarde se reunía con ellos para servirles de guía y así conocer mejor la región. Después de unas dos semanas ella al fin tuvo tiempo libre para llevarlos a conocer las demás islas y la primera que visitaron fue Glacea . Sion y Fillian tuvieron que abrigarse con un montón de mantas para protegerse del frió. Eradia utilizo su propio poder mágico para darse a ella y a sus dos invitados el calor que necesitaban para que no les afecte el frió. La isla estaba habitada principalmente por Yetis y otros seres de las nieves. Yena es una Yeti de pelaje blanco como la nieve y algo corpulenta. Estaba cubierta de lo que parecía ser una armadura de hielo solido con cristales dorados. Resulto ser una Yeti muy seria y algo fría pero no tanto como el frió de isla misma. Sin embargo, ella es una criatura muy confiable y una de las más cercanas a la Reina Eradia. De hecho es la única con la que tiene más amistad en la región. Yena utiliza sus poderes de hielo para proteger su isla y también los Polos Norte y Sur del mundo.

No se quedaron mucho rato en esa isla a causa el frió y fueron a visitar Labyrinthia. Al entrar allí la tierra se movió sin previo aviso y momentos después los tres se encontraban atrapados dentro de un Laberinto. La magia del mismo impide que Eradia pueda salir volando por lo que tuvieron que ir a pie para encontrar la salida, cosa que se les dificulto más porque los caminos cambiaban a cada momento (Tardaremos siglos en salir!)-decía Fillian atónito). Deambularon sin rumbo durante una hora hasta que Rynos se dio cuenta de que su Reina estaba atrapada en el Laberinto y entonces les mostró la salida. Luego él se disculpa todo avergonzado. Rynos es un Minotauro de gran altura y muy corpulento. También lleva puesto partes de una armadura pero de color dorado sobre una túnica de cuero color verde. Es un Minotauro al que le gusta retar a los viajeros a pasar los Laberintos de su isla y por eso cambiaba los caminos, pero en realidad es un ser bueno. Vive en el llamado Fuerte del Cañon en el Gran Cañón de la isla y su interior también podía convertirse en Laberinto, si Rynos así lo quería. Pero en la mayoría del tiempo los caminos de la isla se mueven solos (por alguna clase de magia inusual) y Rynos era el encargado de mantener el orden en ella. También se encargaba de moderar la actividad sísmica en el mundo para que no afectase a la civilización humana y al mundo mismo.

Al siguiente día fueron a Nimphea y conocieron a la Ninfa Linphya. Su isla estaba compuesta casi en su totalidad de ríos, lagos y lagunas. Las Sirenas viven allí, cerca del Palacio Marino donde reside Linphya, debajo de la Laguna más grande de la isla. No fue necesario entrar al agua (de todos modos no habrían podido respirar allí) porque Linphya se encontraba sentada a la orilla de la Laguna. Era una mujer muy hermosa de cabello ondulado y negro azulado, piel clara y túnica de color azul (con mangas largas semi-transparentes que llegan hasta los códigos y la túnica misma llega hasta sus rodillas) con encajes dorados y brillos blancos le daban un estilo elegante. Durante su estadía en aquella isla los dos jóvenes decidieron nadar un poco en la Laguna mientras Linphya les hablaba acerca de su labor como Guardiana de las Aguas: tenía poderes especiales para purificar el agua cuando es contaminada y también puede controlar las corrientes marinas y oceánicas evitando así que se pueda crear un Maremoto que pueda afectar al mundo. Otra cualidad especial Linphya es la de convertirse en Sirena para convivir mejor con el medio marino.

Más tarde visitaron la isla Arbórea la cual posee una vegetación abundante con muchos tipos de plantas y flores exóticas, la mayoría antes desconocidas para Sion. La Guardiana era Elina, una Hada que usaba sus poderes mágicos para renovar cada cierto tiempo la esencia natural de las plantas y flores para mantenerlas siempre bellas y sanas. Lo mismo hace en varias regiones naturales del mundo que resultan dañadas por la falta de conciencia en los seres humanos. Ella sabía lo importante que eran las plantas para la vida en el mundo ya que ellas proveen el aire que todos respiran para poder vivir. Fillian y Sion presenciaron una demostración de sus poderes y quedaron asombrados. Jamás habían presenciado algo tan magnífico  y las plantas y flores quedaban brillantes y muy hermosas después de la purificación. Era como un nuevo renacer. Ahora entienden de donde provenía la deslumbrante belleza de Erasidia. Seguramente era Elina quien se encarga de mantener el Reino tan hermoso y purificado. Era un Habitat puro y limpio, más que los demás que habían visto a lo largo de su vida. Eradia le comentó a Sion (Fillian no oyó su conversación ya que estaba dando una muestra de sus poderes mágicos a un grupo de simpáticas Hadas) que en los varios días que han pasado juntos (cuando ella no tiene ningún deber real por hacer) se ha dado cuenta de lo buena persona que era y que tenía un gran corazón. Y que él era una persona que verdaderamente vale la pena y que es de gran confianza.

Sion se sentía inmensamente halagado por sus palabras pero ella tenía mucha razón en lo que decía. Durante todos aquellos días y las visitas a las islas del Reino ambos habían formado una conexión especial. Sion quiere mucho a los animales pero ese lazo de amistad que tiene con Eradia no se compara con ningún otro que haya tenido con otros animales.
Ella en verdad le entiende, ha descubierto lo buena persona que es y se preocupa por su seguridad. Le habían contado que la Fidelidad de los animales no tenía límites y él creía en aquello que se decía. A cada momento que pasa siente que está más unido a ella y que aquel lazo de amistad era irrompible. Y para agradecerle a Eradia por sus palabras también le dedicó unas especiales para ella: La consideraba una gran amiga, que era muy buena y amable, y que su habilidad para darse cuenta de cómo son los demás era un excelente don.

Ella estaba agradecida con tales palabras y dedico a Sion una sonrisa.

-Somos amigos ¿no?-le pregunto Sion a Eradia

-Por supuesto, dos buenos amigos- respondió la Grifo sin ninguna duda

-Siento que ambos estamos formando una conexión especial

-Así es. La Fidelidad de los Grifos es inmensa. En todos los animales es así. Muchos humanos no saben ser fieles a quienes los rodean por lo que los animales sienten el compromiso de enseñarles esos valores tan importantes. No hablan ante los humanos pero se muestran fieles hacía ellos e intentan que sigan su ejemplo con las demás personas. Otros animales no son buenos como de los errores se aprende-explicaba Eradia

-Eso siempre me lo dice mi padre cuando cometo algún error. El se da cuenta cuando estoy frustrado por eso y me dice que es natural cometer errores, que no se pueden evitar pero que de las experiencias se aprende-le comento Sion

-Ahí tienes. Nunca debes dejar que la frustración y la decepción se adueñen de ti. Nunca debes rendirte. Tu mismo sabes que eres capaz de llegar muy lejos y seguramente así será-le dijo ella con una sonrisa.

-Espero que si-dijo Sion con optimismo

Eradia le dedica una sonrisa. Entonces se dieron cuenta de que el atardecer había llegado y el Sol se estaba ocultando. Fueron a buscar a Fillian que seguía con el grupo de Hadas y los tres regresaron a Griffadia Al rato, poco después de la cena, Fillian y Sion hablaban de su próxima aventura en la isla Dracuna. Estaban ansiosos por ver un Dragón. Eradia tan solo escuchaba su conversación sin decir nada y ninguno se dio cuenta de que ella tenía una mirada seria y a la vez tensa.

No estaba muy segura de querer llevarlos a esa isla porque todo es muy diferente allí, pero no les dijo nada para no preocuparles y para que durmieran tranquilos. Ya les contaría todo al otro día.
PRIMERA PARTE DE MI HISTORIA PARA EL CONCURSO "CUENTAME UN CUENTO" DE :iconletrahispana:

EXPLICACIÓN COMPLETA EN LA SEGUNDA PARTE

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COMENTEN EN LA SEGUNDA PARTE :)
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